14.1.09

Yo y el Vedanta

"La tierra, el agua, el fuego, el aire, el éter, la mente, la inteligencia y el ego falso, todos estos ocho en conjunto comprenden Mis energías materiales separadas (Prakrti). Además de esta naturaleza inferior, Oh Arjuna, el de los poderosos brazos hay una energía superior Mia, la cual consiste en todas las entidades vivientes que luchan con la naturaleza material y que sostienen el universo" (Bhagavad-Gita 7:4.5).

Las Jivas o Almas sostienen el universo, porque ellos participan de la energía superior (Para Prakrti) y trabajan con la materia (Apara Prakrti). Las Jivas pueden manipular la materia para su complacencia. Apara Prakrti en sí misma (tierra, agua, fuego, etc.), no tiene ninguna potencia para generar las manifestaciones innumerables dentro del universo: Las actividades del universo son el resultado de las acciones de las Jivas, las cuales mueven la materia inerte. De este modo, la versión Védica se opone a la concepción del universo que opera mecánicamente, sin el toque espiritual. Las Jivas pueden crear muchas cosas porque ellos son la energía espiritual superior, pero de ninguna manera son ellos el Purusa Supremo. Por sí mismas no pueden crear la materia de la nada, ni pueden crear vida de la materia. Sólo pueden manipular aquello que han recibido.

La Jiva sencillamente imita al Purusa verdadero, quien es Bhagavan, el Ser Supremo. Porque en realidad la Jiva no es el Purusa, y por imitar al Purusa, ella se acarrea innumerables problemas a sí misma. En la vida material, cada Jiva piensa: "Yo soy el Purusa, el amo, el disfrutador". Esto se llama ilusión (Maya). La Jiva tiene cierto grado de poder controlador, pero en todos los casos éste es limitado. Las literaturas Védicas abogan para que la Jiva abandone sus conatos de rebeldía de convertirse en Dios al querer manipular la energía Apara Prakrti.

Un gran devoto del Señor Krishna, el niño Prahlada Maharaja, decía a sus condiscípulos: "Lo que se requiere es que cambiemos nuestra conciencia y dejemos de pensar soy el supremo disfrutador, señor de todo lo que hago y en su lugar ansiemos llegar a ser los amantes sirvientes del verdadero disfrutador, la Suprema Personalidad de Dios, Krishna". Este amoroso servicio trascendental, un cambio de conciencia, puede ser perfectamente cumplido bajo una acertada guía mientras trabajamos en nuestro deber ocupacional.

30.10.08

Historia de Pasillo


Un estudiante le dijo a su tutor: -mi estilo es ser flaite-. Entiéndase "estilo" como moda u opción personal de ver la vida y manifestar esto a través de actos concretos, como la ropa, el lenguaje, la actitud y anhelos futuros. Esta situación causó en el tutor una larga y profunda reflexión en la que sumido por horas logró concluir que en el contexto juvenil existen las llamadas "tribus urbanas" como los punks, los hip-hoperos, rastafaris, neonazis, skinheads, skaters, harcores y otros. Grupos que a pesar de su misma desorganización interna, tienen una propuesta establecida, con preceptos claros y una postura determinada frente a los fenómenos sociales, económicos y/o políticos de la cultura en la que se desenvuelven. Ya terminando su trance, el tutor se dijo: el sumarse a una de estas tribus representa el estilo de muchos jóvenes, pero lo importante es que estos en un momento determinado se sus vidas "eligieron" cambiar, pasaron de un estado “normal” a otro que les ofrecía esperanzas de cambio. Se volvió a repetir a sí mismo: lo trascendente es la elección, pasar de un estado a otro, conocer determinadas situaciones y “elegir” una u otra. El tutor en un nuevo encuentro con el estudiante le comenta: si se nace en un ambiente donde cada noche se es cómplice de un posible acto delictual, donde tu madre es una “lanza del centro” y tu padre está en la cárcel por tráfico y tu hermano mayor es acusado y buscado por múltiples robos y un homicidio y donde tú mismo después de drogarte asaltas a mujeres que vienen del trabajo o a obreros que después de “partirse el lomo” todo el mes son víctimas de ignorantes como tú. Si ese es tu ambiente habitual, ser “flaite” es lo que eres, no lo que elegiste, por lo tanto, no es tu estilo, es tu vida. Así que no te jactes de ser el más atrevido dentro de los que son como tú, pues eres uno más del montón de iletrados, sin aportes y sin opinión, pero lo peor, no es que no tengas opinión propia, sino que no sabes opinar y ni siquiera sabes hablar. Luego de decir esto, el tutor se retiró sin decir palabra alguna. El estudiante con cara de incomprensión se quedó mirando el rincón de una pared.