Las Jivas o Almas sostienen el universo, porque ellos participan de la energía superior (Para Prakrti) y trabajan con la materia (Apara Prakrti). Las Jivas pueden manipular la materia para su complacencia. Apara Prakrti en sí misma (tierra, agua, fuego, etc.), no tiene ninguna potencia para generar las manifestaciones innumerables dentro del universo: Las actividades del universo son el resultado de las acciones de las Jivas, las cuales mueven la materia inerte. De este modo, la versión Védica se opone a la concepción del universo que opera mecánicamente, sin el toque espiritual. Las Jivas pueden crear muchas cosas porque ellos son la energía espiritual superior, pero de ninguna manera son ellos el Purusa Supremo. Por sí mismas no pueden crear la materia de la nada, ni pueden crear vida de la materia. Sólo pueden manipular aquello que han recibido.
La Jiva sencillamente imita al Purusa verdadero, quien es Bhagavan, el Ser Supremo. Porque en realidad la Jiva no es el Purusa, y por imitar al Purusa, ella se acarrea innumerables problemas a sí misma. En la vida material, cada Jiva piensa: "Yo soy el Purusa, el amo, el disfrutador". Esto se llama ilusión (Maya). La Jiva tiene cierto grado de poder controlador, pero en todos los casos éste es limitado. Las literaturas Védicas abogan para que la Jiva abandone sus conatos de rebeldía de convertirse en Dios al querer manipular la energía Apara Prakrti.